El pacto del Gobierno con el PNV para sacar adelante los presupuestos de 2011, tiene un trazo demasiado grueso, al certificar qué, como el granja orwelliana, hay unos habitantes del Reino de España más iguales que otros, diga lo que diga la Constitución. Y que sobre todo afecta, para su beneficio, a aquellos que menos se sientes partícipes del proyecto común de lo que todavía se llama Reino de España. Pero para ser sincero: "que todo sea un problema de dinero", decimos pensando en problemas mas importantes como la salud o los afectos. Un poco mas de injusticia a favor de los habitantes del País Vasco, me daría prácticamente lo mismo, sino pensara que el trazo grueso, oculta la letra pequeña, de lo que es el verdadero fondo político del acuerdo.
Egibar, el metepatas mas grande mas allá de la llanada alavesa, ha dejado ya el rastro que algunos malpensados intuíamos, sobre todo después de la tregua de ETA y de los complacientes esfuerzos de los Eguigueren de turno a favor de la "resolución dialogada del conflicto". La letra pequeña incluye la realidad de los herederos de Batasuna en las elecciones municipales, con las bendiciones del Gobierno y el mirar para otro lado de una justicia dispuesta a volver a manchar su toga con el polvo del camino. Lo cual significa la más que posible ruptura del pacto PSE-PP en el País Vasco, visto con total desconfianza por parte de las mentes pensantes del PSOE y no menos de dificultad por las propias del PP. Ese pacto es un mal ejemplo para todos nosotros, hartos de vernos hundidos en una crisis económica pavorosa, en una crisis institucional no menos terrorífica, mientras los dos grandes partidos, se dedican a lanzarse lindezas mas propias de las verduleras decimonónicas. Les resulta insoportable, a hunos y a hotros, que dos partidos presuntamente antagónicos, coloquen por encima de sus intereses particulares, la democracia y la dignidad en su país de influencia.
La letra pequeña, lo no expuesto, es lo realmente importante para el futuro, muy por encima de esos casi 500 millones de euros que el Gobierno, graciosamente con nuestros impuestos regala a los parados vascos, para que sean más iguales que los extremeños por poner un ejemplo. Seis meses para conocer la letra pequeña. Como otras veces, ójala pueda tragarme mis palabras y pedir perdón. Ójala todo se resuelva con dinero.
1 comentario:
Miguel Angel
yo soy vasco pero Ojalá!!
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