El Gobierno del PSOE en su agonía, no ha movido un dedo por la Travesía Central del Pirineo. En su "avestrucismo" ha decidido primar los intereses de Cataluña, esperando solventar sus problemas electorales inmediatos. Un fracaso de la vergonzante Ministra de Defensa ( y aplico ese calificativo ante su desmesurado deseo que se no se note ), significaría no solo la inmolación del proyecto Rubalcaba, sino la escisión del PSC, que consideraría al PSOE su "michelín" a extinguir. Ya conocen mi teoría sobre lo que nos espera en los próximos tres, cuatro años, con fecha fija por parte de Urkullu y modificable por parte de Mas-Durán. Lo que hoy, Zarzalejos en "El Confidencial" llama ( con optimismo, porque puede ser la de Ante Palevic ) "La Croacia Vasca". Eso que ya casi despectivamente se llama "España", se puede ver implicada pues en doble estrangulamiento, en el Perthus y en Irún. Los que peinamos canas, o no peinamos nada, recordamos como durante años, Rentería en la N-I entonces, se convertía en un cuello de botella al albur de la radicalidad de la época. Para un Estado Vasco o un Estado Catalán, aún dentro de la Comunidad Europea, estrangular la economía "española" sería un juego atractivo, con normas específicas para el paso de las mercancías y los viajeros. No son precisamente muy partidarios de la libertad económica, ni los nacionalistas de uno, ni de otro lado de la cadena pirenaica.
La Travesía Central del Pirineo no hubiera solventado el problema en los próximos diez años, pero hubiera quitado la posibilidad de monopolio de paso a unos a y otros, privándoles de un posible uso del poder que todos sufriríamos. La política de cierta altura, tiene que pensar en un generación, no en el 20 N. Otra herencia desdichada, de un zapaterismo agónico que nos obliga a brindar con las heces de la copa.
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