domingo, 30 de marzo de 2008

VERDADES Y MENTIRAS

La política profesional es cada vez más un arte ligado a la publicidad. Ya ni siquiera es el "arte de lo posible", sino simplemente una máquina de mensajes sin fin dirigidos a una población dispuesta a vivir en un "como sí" feliz y acomodaticio. El menaje ecológico de nuestro Gobierno, que se verá incrementado por su reciente victoria electoral, sirve como anillo al dedo a mi primera argumentación. Leo una noticia perdida en el suplemento económico de un periódico dominical ( "El Mundo" Mercados pag. 20 ), firmada por María Recuero, "Las mercancías se bajan del tren". Si en las estadísticas de los "países de nuestro entorno" siempre nos vemos beneficiados por la peor nota de portugueses y griegos, en ésta ni siquiera tenemos ese consuelo. Portugal nos adelanta en el uso del fecorraril para el transporte de mercancías, ocupando el último lugar entre los 11 analizados, con una tasa menor del 50% en la utilización del tren respecto a la media de la UE 15. La redactora se hace eco de unas preguntas que tendrá que responder el próximo equipo del Ministerio de Fomento y ante las que se meustra francamente pesimista. Una política, la de potenciar el ferrocarril, que abataría los costes del transporte de mercancias, que reduciría por tanto la inflación y que mejoraría de forma sustancial el medio ambiente, no entra aparentemente en los planes de un Ejecutivo que se llena la boca con las acciones contra el cambio climático, pero que pierde realmente las oportunidades no publicitarias, oscuras pero reales, de hacerlo.

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