ECUADOR

Ecuador de la campaña. Nada nuevo bajo el sol. El ventilador de los insultos y de las necedades ha comenzado a girar con más fuerza y podemos añadir a la lista de mentecatos que inauguró Joan Oliver, toda una panoplia de personajes que confunden la libertad de expresión con el guirigay de una verdulería galdosiana. Cada uno podemos añadir personajes a la lista y seguramente llenaríamos un par de folios, sólo atendiendo a nuestra memoria y sin recurrir a la hemeroteca. El problema no es el insulto, el chascarrillo...el problema es el odio, es el rencor que aflora en muchas de las expresiones, en las actitudes, en las miradas. La mas inútil de las emociones, la que exige para su satisfacción la destrucción del otro, comienza a anidar entre nuestros políticos y me temo que éstos no son mas que el reflejo de amplio espejo ciudadano, de los cada vez mas ácriticos seguidores incapaces de la reflexión mínima sobre las exageraciones, las mentiras, las insensateces de sus líderes. A más carnaza, más aplausos. El circo romano, gracias a Dios todavía en lo simbólico, no está demasiado lejos de la sensibilidad de esos "líderes", de esas masas. El ecuador de la campaña nos obliga a repensarnos como ciudadanos, como "políticos" en el sentido primario de la palabra, y no como "idiotas" también en el sentido que los griegos dieron a la palabra.