sábado, 8 de enero de 2011

NUESTRO PATIO TRASERO

La frontera acuosa que lleva desde los estrechos de Gibraltar al de Otranto, contempla la mayor diferencia mundial de renta per capita entre las dos partes de la virtual raya que es una frontera. Sólo superada por la que divide las dos Coreas, es lo que explica la brutal presión migratoria en la dirección sur-norte. Si a ésto unimos, unos estados del lado sur escasamente convencidos de su papel en la organización racional de esa migración, el cóctel es dificilmente digerible. Pero si las tiranías que determinan la vida política de esos estados, comienzan a hacer aguas, entonces tenemos un problema multiplicado por tres. Los "disturbios" en Túnez y en Argelia, a los que apenas estamos prestando atención, pueden representar el final de un largo silencio, la quiebra del muro de contención, que nos aboque a enfrentarnos al duro islamismo que puede sacar tajada del río revuelto, de la subida del precio de las materias primas, de la ira de los millones de jóvenes sin trabajo, de la cólera provocada por la corrupción de unos sistemas, ante los que se ha adoptado la cómoda posición del laissez faire, laissez passer . Subordinados a Francia, siempre mirando o molestar los intereses galos en el Norte de África, hemos descuidado nuestro patio trasero. Silencio ante el sultán marroquí; silencio ante las atrocidades del régimen argelino, atrocidades aunque sean respuesta a una terrible guerra civil; silencio ante la corrupción tunecina. No recuerdos gestos hacia las oposciones democráticas de esos países, de acogimiento real a los perseguidos políticos. No se habla de lo que se mueve, aunque no nos preguntemos que les mantiene silentes. Ahora la preocupación ante el posible estallido. Imagino que el alivio si todo queda en "revueltas callejeras" manejadas por una policía y un ejército del que tememos su prácticas, pero....Esa raya virtual sigue ahí, pero cada día es más tupida, como mas espeso es nuestro desconocimiento de lo que mas en la parte sur de la raya. Y los que tal vez tengan información, callan. Esperen como estatuas un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores. Como no hay motivo para risas... Y la ignorancia, la inacción se pagan.

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