domingo, 9 de enero de 2011

EL TODO Y LA PARTE

Perder la batalla de las palabras es perder la guerra. Porque las palabras a fuerza de repetirse modifican el pensamiento, construyen un pre-juicio que contamina cualquier posibilidad de hacer de la razón el eje del pensamiento. He citado en varias ocasiones a KLEMPERER, que con sus estudios sobre la lengua del III Reich demeustra, como en relativos pocos años, puede explicarse la partipación pasiva de millones de alemanes en las monstruosidades del régimen nazi. En esta España nuestra, siglo XXI, perdemos cada día la batalla de las palabras, socavando el peso de la razón y haciendo del pre-juicio la base del pensamiento ( sic ) político de nuestra casta dirigente. Hoy es Mas, el verdadero en este caso, el que nos da una nueva lección de un España ajena a Cataluña en su entrevista en "La Vanguardia", una nueva vuelta de tuerca que me hace redundar en que la derrota del tripartito, no ha sido mas que pan para hoy y hambre para mañana. Lean la entrevista, completa en La Vanguardia y saquen sus propias consecuencias.

2 comentarios:

Espartaco dijo...

Me gusta mucho la primera frase:
"Perder la batalla de las palabras es perder la guerra"

¿Es tuya?

Ahora la podemos aplicar al resto de la realidad (además del nacionalismo hay otros mundos): reformas estructurales, mercados, liberalización... ¿encaja?

miguel angel de uña dijo...

Estimado contertulio. La frase es mía pero seguro que la he leído en alguna aparte. En todo caso se basa en aquello tan optimista de De Gaulle:"hemos perdido una batalla, pero no la guerra". En este caso no estoy tan esperanzado como el general. Creo que hace mucho tiempo hemos perdido la guerra cultural, gracias entro otros al ínclito Rubalcaba, padre de la LOGSE ( que lábil es la memoria ). El artículo de Edurne Uriarte hoy, en "ABC", no es mas que una constatación doliente al referirse a los 8 comprensivos futbolistas de la Real Sociedad ( imagino que Real de Sancho III para esos botarates ). Y sí, la perversión del lenguaje vale para todo, tambiéna para nuestras penas económicas que son fiestas para algunos pocos. Un saludo.