GARZÓN DE PINTO, ¿O DE VALDEMORO?

La memoria es especialmente frágil para dos hechos: los meterológicos y los políticos. Olvidamos el tiempo que hizo el año pasado y el actual siempre es el mas extraño, el mas caluroso, el menos lluvioso. Sucede casi igual con las falsedades de nuestros políticos, con sus interesados olvidos, con las promesas incumplidas. No le sucede solamente a los sectarios, que nada olvidan porque todo lo dan por bueno siempre que sean "los suyos" los autores. El caso del "Bar Faisán", qué pereza sacar a pasear la memoria, hace ya dos años de un chivatazo que salió del puente de mando de la negociación con ETA. Solo el bulldog mnéstico de "El Mundo" lo trae a colación y al recuerdo. El caso duerme en el regazo del juez Garzón. ¿ Hará como en el caso de los GAL ?. Me temo que no, nunca se baña uno en el mismo río. El juez Garzón, hoy en Pinto, quién sabe si mañana en Valdemoro, exigiría el mejor - y primer - Costa-Gavras para mostrar sus contradicciones en ligazón con el interés de Estado. Pero nuestros cineastas están mas empeñados en reflejar la realidad políticamente correcta y sólo si el juez saliera del armario, tendría un papel estelar en su interés.