jueves, 15 de mayo de 2008

VILLARREAL DE ÁLAVA

La emoción pide hablar del atentado del ayer. Pero es absurdo, todo está dicho, incluso á marcada la velocidad para el olvido. Legutiano, "euskaldinización" forzada para desdecir el nombre de la villa, Villareal de Álava, fundada por el monarca castellano Alfonso XI "El Justiciero" en 1333, sobre un lugar de raíz tan escasamente vascuence como Legutiano, según la idea, siempre sabia y ponderada de Caro Baroja. Nunca existió un lugar poblado como Legutiano, pero boorrando el nombre, Villarreal de Álava, se recrea la historia y se alardea de un principio que en este caso nos lleva al menos hasta Túbal, cerrando el paso a una Álava tan caput castillae como las Merindades burgalesas. Apropiación del objeto a través de darle un nombre personal, una técnica infantil y mágica, propia de lo que se llamó "pueblos primitivos". Releo varios artículos en distintos medios y en todos una constante: el silencio de los habitantes de este pueblo alavés. ¿Miedo, connivencia, adaptación?. Ni Legutiano, nombre latín según Caro Baroja, ni Villarreal de Álava. El pueblo donde el horror anidó ayer merece el nombre de ISILTASUN

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