Las predicciones de Pedro Solbes sobre la marcha de la economía española merecerían algo más que un suspenso. Su tono manso, su voz profesoral y grave, apenas audible, es la perfecta coartada para ocultar la verdad, sobre todo si esta es desagradable. Cuando una noticia dice
"Solbes no descarta"hay que comenzar a echarse a temblar por el calado de la rectificación, que es aunque no lo parezca. Recordar el aforismo conocido:"cuando te engañan la primera vez, la culpa es del que engaña; cuando te engaña la segunda vez, la culpa es de quien se deja engañar".
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