GUARDIOLA

D. Juan de Mañara fue un sevillano ilustre en el barroco sevillano, nada ajeno a lo morboso, tan "baudelaire" tres siglos antes del francés. Las flores del mal estaban cansadas de ser olidas en aquel tan brillante como perdido siglo XVII. Pasó de Babilonia al Paraíso, dejando una muestra excelsa del peor pecado de soberbia que se conoce. Su tumba tiene una leyenda: "Aquí yacen los huesos y las cenizas del peor hombre que ha habido en el mundo". Genio y figura...lo que pasa por ejemplarizante, Juan de Mañara lo convierte en ensoberbecido, "el más grande". Guardiola, el Karaján de este Barcelona intratable, me recuerda en su presunta humildad al barroco sevillano.Todos los rivales son "difíciles", hay "que andarse con cuidado", el contrario es "más fuerte" y toda esa panoplia victimaria dicha con voz de profeta postmoderno que igual sirve para publicitar un banco, que para abogar por los derechos del niño, derechos que el banco le traen al pairo. Esa humildad es tan falsa como la de Juán de Mañara, sin desmentir los méritos de uno y de otro. Pero ya está bien de que se le baile el agua. Guardiola, dí de una vez que tienes el mejor equipo del mundo, y que dificilmente nadie le puede ganar mientras sigan a ese nivel. Inclusive ese Madrid de la manita, que vivirá cuatro más que posibles Waterloos en veinte días. Es mas decente, hombre.