Era la frase habitual cuando de críos íbamos al cine a ver... " una de miedo", no hacían falta mas explicaciones. Leer hoy las primeras 17 páginas del suplemento "Mercados" de "El Mundo", me retrotrae a la emoción ambivalente que significaba ir a ver "una de miedo". Necesidad de leer páginas salmón, de seguir leyendo, mostrando cada vez más deseos de acabar debajo de la silla con los ojos tapados. Hemos asistido impasibles al saqueo de cientos de directivos y políticos que están dispuestos a vender cara su piel envuelta en "bonus" multimillonarios. Y ello después de haber gozado de prebendas que para sí hubiera querido un señor feuda, que hacía del derecho de pernada el sumo de su poder. Dan miedo esas 17 páginas, una carga de profundidad sobre la ética y la estética de los negocios, y más cuando se presume del papel "social" de las Cajas.
Escasos renglones para Ibercaja y unos pocos más para la CAI. Entre tanto despilfarro, choriceo directo e indirecto, no deja de ser una buena noticia la escasa relevancia que se le da a las Cajas aragonesasen las 17 páginas del horror. Por una vez, y sin que sirva de precedente una alegría ante el habitual ninguneo a esta tierra.
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