sábado, 18 de diciembre de 2010
PUPILAJES
El gesto de la luterana Merkel( un escorzo que me recuerda una lámina del T.A.T. - siempre la deformación profesional - ), que ha llenado de tanta confianza al aludido, creo que tiene que ver con la importante exposición de las finanzas alemanas a la deuda española. Como esa visita por S. Blas que nos devuelve al corazón de Europa, malgre lui sin poder vender alianzas de civilizaciones y multiculturalidades varias. Como el gesto menos tierno de Sarkozy, sacando a nuestro monolingue presidente de su ensimismado pasar, con sus maxilares al borde del bruxismo. No creo que haya ternura hacia el manirroto que presume de AVEs mientras paga la deuda a un 6%, "comiéndose" en un pis pas el cerrozajo a las pensiones de nuestros mayores. Volvemos a construir El Escorial, mientras declaramos la bancarrota para ésta y para alguna generación más. Nunca salimos de Felipe II, sin percatarnos de que ya no jugamos la "championlig" que dijo nuestro monolingue presidente, que no hay Indias que explotar, y que nos hemos quedado para recogepelotas de otros y encantados de poder ver el partido, aunque sea en tan secundario papel.
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Volvemos a las andadas. Hoy, día de la Virgen de la Esperanza, verde como el oro verde, verde rama...Eguiguren, se pone ( con otros, que no se nos olvide, no es un verso suelto.. ) el lazo verde indicativo de que está próximo el comunicado de ETA. Parece evidente que sno lo sabe él, no lo sabe nadie. Verde...como la sentencia de la Audiencia sobre la no exaltación de ETA en la exposición pública de fotos de militantes encarcelados de la banda. Verde, como el color nacional de Irlanda con quien se quiere comparar la historia del País Vasco-España, ¡ ay Zumalacárregui, ay los tercios requetés de Navarra y Álava a las órdenes de Mola !. Igualito que Oliver Cromwell, o la hambruna de las patatas del XIX. El pupilaje también peude ser ideológico, incluso psicológico, con un síndrome de Estocolmo como la copa de un pino. Le doy al Sr. Eguiguren el discutible título de víctima de la introyección que es el pecado psicopatológico de una parte importante de la sociedad que le jalea en sus "esfuerzos" por la paz. Mas o menos como cuando Chamberlain descendió del avión que le traía de Munich.
Sino lo lleva, merecía llevar un lazo verde en la solapa, como todos aquellos que le jalearon en su arrogarancia de pensar que se puede cabalgar a los lomos de un tigre.
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