sábado, 14 de febrero de 2009

ARAGÓN versus CATALUÑA

La polémica sobre los "bienes" artísticos, mal llamados de la Franja, ha saltado de la Iglesia al foro político y posiblemente al judicial, de hacer caso de las, ahora, altisonantes palabras de IGLESIAS.

Leo ayer ( 13 de Febrero ), un comedido editorial de "La Vanguardia" al respecto, con el que puedo estar de acuerdo en un tanto por ciento muy elevado. Sin embargo en páginas interiores el titular es inequívoco, "Aragón acusa al Museu de Lleida de tres delitos por retener el arte de la Franja" y la información meramente descriptiva, sin alineamiento, buscando una neutralidad imposible y de paso haciendo una equiparación subliminal entre "bienes de la Franja" con "arte catalán". Me consta que otros periódicos y medios de comunicación catalanes, han sido menos reposados que el gran ( lo fue ) periódico de la burguesía catalana y que se ha repetido con insistencia el titular de "Aragón contra Cataluña". Es cansado reflexionar sobre esos presuntos enfrentamientos entre pueblos, aprovechadas generalizaciones de la pereza de nuestros políticos, animados por la facilidad de hacer demagogia en lugar del esfuerzo de hacer pedagogía. El problema, es que les da resultado con demasiada frecuencia, y por ello no tienen necesidad de cambiar el discurso. A algunos políticos catalanes, parece no bastarles "Madrid" como enemigo, y tienen que buscar otros, Aragón en este caso, para seguir justificando lo injustificable.

Tengo la creencia de que todo Museo es fruto de un expolio, militar en muchos casos, véase una parte del Louvre o del British; económico en casi todos, con el Metropolitan como ejemplo máximo de depredación. La cultura ha mejorado nuestra percepción de lo que significa robar/comprar una obra de arte, una muestra artesanal a un pueblo que en un momento dado se dió en llamar "subdesarrollado", cuando no salvaje. Ejemplos como algunos museos australianos devolviendo su "bienes" a los australianos aborígenes, o el Smithsoninan haciendo lo propio con los ajuares indios a sus descendientes. Recientemente, Roma se ha desprendido del obelisco de Axum, fruto del saqueo de las tropas fascistas tras su "heroica" conquista de Abisinia. No se ha terminado todavía la "guerra" entre Grecia y Gran Bretaña por la posesión de las piezas del Partenón que animaron los años de MELINA MERCOURI como Ministra de Cultura.

El British tal vez nunca se despoje de los mármoles de Lord ELGIN, como el Louvre nunca nos devolverá "La Inmaculada" de MURILLO que SOULT se llevó como botín de guerra. Pero ese, el de la restitución, es el camino de los países civilizados, y en esa dinámica tenemos que enmarcar la devolución de los "bienes" a la diócesis de Barbastro-Monzón, como depositaria de la fe, la memoria y el esfuerzo de los feligreses para quienes se iluminaron esas obras de arte. La justificación de que la diócesis de Lérida fue la que salvó esas obras de arte, olvidadas por la incuria e ignorancia de los aragoneses, es la misma que llevó a los británicos a despojar a Benin de sus fantásticos bronces, o a los franceses el Código de Hammurabi. Puede ser entendible para un tiempo en el que imperialismo advertía diferencias entre los pueblos, pero es totalmente indefendible en el siglo XXI. Salvo que el sectarismo de los políticos, repito de los políticos, espere algun tipo de beneficio agitando las emociones de un pueblo escasamente educado, que ha prescindido de la reflexión como parte del proceso de pensamiento. Una vez más, nos encontramos de bruces ante el nacionalismo. Emociones versus Racionalidad, Demagogia versus Pedagogía, Egoísmo versus Entendimiento.

Es lógico concertar políticas culturales compartidas entre las dos partes de la artificial muga que divide a Aragón y Cataluña, y hacerlo a través de los "bienes" ( que no de la Franja solamente ). Pero lo primero es devolver a sus pueblos lo que la fe, la memoria, el esfuerzo de sus antepasados ha acabado convirtiendo en una obra de arte, para que los museos acaben perdiendo su ser como lugar de expolio, para convertirse en lugar de encuentro con la sensibilidad de los que nos antecedieron. Si los políticos catalanes, que no Cataluña, oponen resistencia a la devolución de los "bienes", habrán perdido todo el componente moral que le quisieron dar al desmembramiento del Archivo Nacional donde se encontraban los "papeles de Salamanca". Allí eran víctimas, aquí son verdugos. Nunca puede ser Aragón contra Cataluña, siempre serán unos políticos contra otros, defendiendo unos intereses espúreos contra la racionalidad y la justicia. No caigamos en la trampa de los titulares.... y de los políticos sin escrúpulos.

9 comentarios:

Carles Barrull dijo...

Todo el artículo está muy documentado y ponderado, pero eso de que es una devolución a Barbastro-Monzón, térmono cque constantemente es utilizado, no sé yo si es muy apropiado, porque de Barbastro-Monzón no salieron nunca ni de su Museo que tanto estñan invirtiendo. De hecho, pasar de Lleida a barbastro-Monzón es otro espolio más, pues no regresan a sus verdaderos dueños: las diferentes parroquias aragonesas.

miguel angel de uña dijo...

Estimado Carlos. No podemos pretender el ideal. Los museos existen por excelencia expositiva, por comodidad, por seguridad, y por un mil etcéteras que se remontan a la vieja Alejandría.Un aspecto diferente es como se ha formado la mayor parte de ellos. Barbastro-Monzón se identifica de forma mas clara con la actual división administrativa, lo que hace mas lógica la ubicación de los "bienes" que si permanecieran en Lérida. Por otra parte, creo que lo recalco en mi artículo, no todos los "bienes" pertenecen a lo que se denomina "Franja", lo cual hace todavía mas injusto su permanencia en un lugar donde ya no hay correpondencia eclesial,y no ha habido nunca correspondencia lingüística, ni administrativa. Un saludo.

Espartaco dijo...

¡Qué cosas le pasan a la Iglesia! ¡Y cómo entran los nacionalistas, de un tipo u otro, al trapo! Lo bienes son propiedad privada (de la Iglesia) y entran a opiniar sobre este asunto tirios y troyanos sacando las banderas patrias... (y en algun caso las contrabanderas del contranacionalismo)

miguel angel de uña dijo...

Estimado Espartaco. Los bienes es cierto, son de la Iglesia. Pero en su momento fueron del pueblo, que los pagó no solo con diezmos, sino con juros ( préstamos ) que se extendieron generaciones y generaciones. Recuerdo una obrita, sin mas trascendencia que hablar de historia local, sobre la construcción de la Iglesia parroquial de Laguarta en el Siglo, creo recordar, XVI. Laguarta, lugar ya entonces perdido en un Aragón de escasos 400.000 habitantes. Sobre como los feligreses asumieron durante generaciones el pago de los juros a que obligó su construcción, a los impagos, a los cambios de propietarios del juro, a los juicios y conciliaciones. Esa fue la realidad de cada una de las obras del famoso litigio. Eso es lo que me gustaría que se supiera de ellas y que estuvieran lo más cerca posible de los descendientes de los que rezaron ante ellas, de los que pagaron por ellas. Si es nacionalismo ¡ bendito sea ! y perdona la imprecación nada laicista. De la misma forma que me gustaría que los bronces de Benin estuvieran en Nigeria con sus dioses lares. Hay imposibles, pero en ocasiones la historia juega a favor a los pueblos. Y no hay que dejar pasar la oportunidad, aunque sea a lomos de la Iglesia. Un abrazo como siempre.

Espartaco dijo...

Efectivamente, lo bienes FUERON del pueblo, seguramente porque los pagaron, o por lo que sea, pero la cuestión es que ahora nadie reclama que se devuelvan al pueblo sino a los curas de una diócesis de Aragón. Y todo porque los tienen los curas de una diócesis de Cataluña.
También las iglesias (templos) se pagaron con diezmos y demás, pero la propiedad sigue siendo de la Iglesia. Y esos bienes están aquí y nadie reclama que vuelvan al pueblo.

Insisto, que no cuenten conmigo para convertir un conflicto privado en un conflicto entre nacionalistas (o entre nacionalistas y contranacionalistas, que son otro tipo de nacionalistas)

miguel angel de uña dijo...

Estimado Espartaco. Creo, subrayo el aspecto subjetivo de mi juicio, que te equivocas al juzgar el fondo de la cuestión que se dirime con el tema de los bienes. En mi criterio no se sustancia quien es el dueño, sino la injusticia que supone el querer apropiárselos en función de un criterio que bebe del particularismo. Para mí, no es un problema de propiedad, es un problema de justicia, lo que quiere decir en mi criterio, razón, aquelo de lo que carece cuaqluier nacionalismo que se precie, basado sobre todo en la emoción. Por eso me resutla difícil digerir tu equiparación entre nacionalismo y contranacionalismo, una similitud que creo dificulta tu comprensión de mi posición. Me sería muy fácil decir que no soy aragonés, y que por tanto estoy libre de las emociones que pueden agitarse en el fondo del conflicto.Pero veo tan palmario lo que subyace en la clase política ( nos solo ella ) catalana, que me irrita la injusticia.

Espartaco dijo...

También a mí me irritan las injusticias, ésta y otras muchas. De lo que me quejo es de cómo es posible que un conflicto entre particulares (con la difúsa frontera que hay entre público e Iglesia, que son lo que quieren en cada momento) ha sido aprovechado, por un lado por las fuerzas nacionalistas aragonesas, léase CHA, para imprimir sobre este tema un carácter político que nunca debió tener y por otro el Heraldo de Aragón que dejándose llevar de un patriotismo de 3ª y de un anticalanismo que siempre existe en esta tierra, y con la sana intención de vender más periódicos, han ocupado horas y horas de debate político, detraído esfuerzos que se podrían haber didicado a cuestiones más útiles y en defintiva no haber arrastrado a los sentimientos de una población para enfrentarlos con otra. Esa es mi queja, mi grito lastimero.
Patrimonio hay en Aragón, y mucho, por no hablar de otras cosas como sanidad, educación, servicios sociales..., y ese patrimonio, público o privado que no tiene que retornar, se está hundiendo ante el silencio de quienes ponen el grito en el cielo por unos cuadros y figuras que más bien o peor, están bien conservados.
Este tema me recuerda a Videla y las Malvinas: busquemos el enemigo exterior para no hacer públicas nuestras vergüenzas.

Anónimo dijo...

La Vanguardia es una prensa subvencionada por la Generelitat catalana.

La Vanguardia es el vocero de su amo, de ahí que vaya en plan nacionalista vistimista y atacada con la visión: 'Aragón contra Cataluña'.

miguel angel de uña dijo...

Estimado Espartaco. No fue Videla el de las Malvinas, pero a proyección es el único proyecto de los políticos menos que mediocres.Lo cual habla de la mayor parte de nuestra actual casta política. Y no creo que hayas advertido en mis palabras "patriotismo de 3ª", lo cual es puro patrioterismo. No advierto en la sociedad aragonesa, y llevo mas de 20 años en esta comunidad,un especial anticatalanismo, salvo en los los cantamañanas de costumbre.

Respecto al compañero "desde Barcelona", "La Vanguardia" hay que leerla, pero cada vez con mas desesosiego.

Un saludo.