miércoles, 3 de septiembre de 2008

LA DESMEMORIA HISTÓRICA

Seguramente en alguno de estos blogs, he dejado mi opinión sobre lo que considero relevante en cuanto a la dichosa memoria histórica: en este país, los únicos que merecen una calle o una estatua son los que hubieran sido fusilados por ambos bandos. Son pocos, demasiado pocos, para nuestra vergüenza. Todos los demás merecen la reprobación porque no quisieron, o no supieron enfrentarse a la debacle moral que supuso nuestra Guerra Civil.

Esta declaración de intenciones, no es crítica con el loable esfuerzo de quienes quieren rescatar los restos o la memoria de sus pariente o de sus vecinos, en las fosas que fue dejando la represión franquista. El reconocimiento de los que lucharon por sus ideales, o por la fuerza de las circunstancias, no tiene nada que ver con el descarado intento de asimilar las fuerzas del pasado con las del presente. Los voceros mas gritones de quienes reivindican este tipo de desmemoría histórica, juegan con una idealización de un bando y la absoluta satanización del otro, en un ejercicio que no creo tenga que ver con la ignorancia, sino con la hipocresía y el cálculo político. A su vez los que claman "por no abrir más tumbas" hacen un flaco favor a la reconciliación que selló formal, pero no realmente, el proceso que hemos dado en llamar Transición.

Abrir las tumbas sí, dar nombre a sus moradores sí, vindicar aquellos que lo deseen su sacrificio sí, pero hacer comparaciones entre las fuerzas enfrentadas entonces y las actuales, no es un recurso razonable ni democrático. La Transición habrá acabado realmente cuando se levante el último silencio sobre el último asesinado de aquella terrible Guerra Civil. Y desde mi punto de vista, cuando se borren las calles, las plazas, las estatuas de todos los que participaron en el enfrentamiento civil. Repito que sólo merecen reconocimiento los pocos españoles que fueron o que pudieron ser fusilados o exilados por ambos bandos. Pocas placas bastarían.

El 4 de Mayo publiqué en este blog un artículo crítico con el Juez Garzón. Hoy quito la interrogación con la que titulaba aquel blog. Su exhibicionismo le ha llevado mas allá de la lógica judicial. No hay mejor compañero de viaje que el que quiere serlo. Parece evidente que su estatua de la Justicia, no solo no tiene vendados los ojos, sino que bizquea en una única dirección. Desconozco si por sectarismo o por afán de estar cerca de la púrpura; experiencia no le falta.

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