miércoles, 30 de abril de 2008

EL EFECTO ZAPLANA

Recoge Jesús Cacho en su artículo de hoy en "El Confidencial", su sospecha sobre la ignorancia de Zaplana en la competencia que exige el inglés. De confirmarse, y no me extrañaría dada la ignorancia generalizada entre nuestra clase política de esa lengua, cualquiera puede preguntarse qué sabe, qué calla, a quien conoce, para ser nombrado con el altisonante título de "Delegado de Telefónica en Europa". Porque por muchos que sean sus conocimientos empresariales, hoy, sin inglés, no llegas ni a comercial de una fábrica local de encurtidos.
Zaplana no es único en su especie, sino el último de la fila, ejemplo de cómo una parte significativa de los políticos españoles aprovecha su puesto en lo público para rentabilizarlo después en el ámbito privado, sin dejar de utilizar los recursos de lo público.
"El País", hurga en el millón de euros que recibirá en su nuevo cargo, pero olvida interesadamente la larga lista de políticos socialistas que le sirven de reflejo en el espejo de lo legal de su conducta, pero escasamente ético.
La regeneración democrática pasa porque Zaplana tras su largo tránsito político, hubiera ido a ocupar el empleo que dejó antes de comenzar su carrera política. Pero también González o Javier de Paz, y para qué tirar de la lista. Sí lo hiciéramos, lloraríamos por la salud de esta democracia escasamente sana. El "efecto Zaplana" es uno más de los corrosivos ácidos de esta sociedad que, también en esto, prefiere mirar para otro lado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues si cada uno podria volver a sus origenes, pero sinceramente yo no veo a Felipe Gonzalez volviendo al ordeño del ganado vacuno igual por miedo a que le den alguna cornada. Es mas facil rodearse de acolitos "acomodados" donde todos se dan palmaditas en la espalda.