lunes, 21 de abril de 2008

"TODOS ESTAMOS INVITADOS"

Cinco personas en el cine, solo cinco. Una película aseada, no demasiado vibrante, a veces un tanto confusa y libresca. Pero una película sincera, ahíta de verdad, sin un solo adarme del relativismo tan querido para el nacionalismo dizque "democrático". Hay víctimas y culpables. Culpables por acción y por omisión. Una parte importante de un pueblo puede ser culpable, como nos enseñó la Alemania nazi como pardigma. Y esta película, menor, aseada desde lo cinematográfico, nos lo enseña sin ambages, sin excusas. Tal vez por eso, solo hay dos sesiones diarias, solo estábamos cinco personas en la sala y a solo durará una semana en la cartelera.

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