domingo, 7 de agosto de 2011

SEGURO QUE TIEMBLAN

Tras la afortunada frase de Pérez Rubalcaba, "doscientas personas no pueden poner patas arriba una ciudad", dicho sea de los indignados que al cabo del rato cortan ora la Gran Vía, ora el Paseo del Prado, Jaúregui se siente con fuerzas como para hacer que Bildu empiece a pensar bien lo que se dice y lo que se hace.Volvemos a aquella poesía amarga del gran Miguel Cervantes, cuyo final le va como anillo al dedo al otrora lúcido ministro, corroído hoy por la espesura intelectual emanada del Consejo de Ministros. Veo al mefistofélico Garitano, temblar ante la amenaza

Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla;
porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto
por qozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.

Esto oyó un valentón, y dijo: "Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado.
Y el que dijere lo contrario, miente."

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

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