sábado, 26 de julio de 2008

EL SILENCIO DE IU

La pasión y muerte de Miguel Ángel Blanco, representaron el último lugar de encuentro emocional de prácticamente todo el pueblo español, por encima de planteamientos partidistas o sectarios. Duró poco, pero fue un momento memorable en su sentido literal, digno de recordar. Hoy sabemos que ETA intentaba de nuevo el secuestro de un concejal del partido del Gobierno, para, como entonces, intentar a través del chantaje la rendición del Gobierno y con ella, la de toda la sociedad. Independiente de los cada uno pensemos sobre cual hubiera sido la respuesta del manebre ZP, un escalofrío nos ha recorrido, al percibir que 11 años después, seguimos en el mismo punto. Desde mi punto de vista, la responsabilidad máxima correponde al nacionalismo vasco, calificado de democrático, que tras una primera reacción digna y valiente, se percató de que el final de ETA y su mundo en aquél momento, llevaba aparejado el final de su propio proyecto soberanista y con él, y sobre todo, el fin del momio de un poder clientelista y caciquil. El apego al sueldo, fue mucho mas fuerte que la ética que le brinda el mensaje evangélico que dicen defender desde aquél antiguo "Dios, Patria y Rey" que les alumbró.

MIREN AZCÁRATE, portavoz del Gobierno vasco ha dejado claro cual es el criterio del tripartito, del cual Izquierda Unida es una pata fundamental para mantener el discurso victimista y aventurero que protagoniza el "ibarrechismo". De forma simple, pero también así de clara, nos dice que las recientes detenciones de miembros de ETA no son necesariamente buenas, porque tienen como finalidad acabar con el principio básico defendido por el Gobierno vasco, del que IU es una pata necesaria, de que la "violencia" ( nunca la palabra terrorismo ), tiene que tener un "final dialogado". Qué la táctica de ETA en este momento pase por repetir el caso de Miguel Ángel Blanco, no le importa demasiado a la señora AZCÁRATE, ni por supusto al señor MADRAZO, que le permite ser su voz, lo que certifica la abducción de Izquierda Unida en el discurso nacioanalista, perdido todo sentido moral de la política, todo el valor compasivo que el poder tiene que mostrar hacia las víctimas.

No veo en ningún lugar al señor LLAMAZARES desdiciendo a su ad later vasco. ¿Piensa como él, o es que simplemente no piensa?. ¿Teme decir algo que vaya en contra de sus conmilitones y provocar una escisión?. Pero tampoco veo que IU de Huesca, de Zaragoza o de Algeciras, alce su voz contra la inmoralidad del señor MADRAZO, subido en el coche oficial de un Gobierno vasco, dispuesto no solo a la aventura de romper la legalidad con su próximo plebiscito, sino lo que es mas grave para cualquier persona que se considere de izquierdas, no estar de verdad al lado de los que ven cercenada su libertad, de los que tienen que vivir la ansiedad sobre su futuro por defender sus ideas. Lo que puede esperarse del nacionalismo, en el País Vasco o en Cataluña, tiene sus mamporreros necesarios en la Izquierda Unida de MADRAZO y en la Inicitativa per Catalunya de SAURA, mera excusa para hablar de la "transversalidad" del ideario identitario. Los que fueron hábiles utilizadores de los "tontos útiles", se han acabado convirtiendo en los mejores "compañeros de viaje" de la ideología exluyente y antidemocrática que conllevan los nacionalismos vasco y catalán de este momento. Estoy seguro que muchos miembros de IU no están de acuerdo con la política seguida por sus aparachitki, pero por favor, por la decencia de la izquierda, que lo digan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que la caída del Muro afectó a muchas conciencias, se puede decir que se les cayó el muro encima, y eso les hizo perder el norte. La descomposición de IU es un claro ejemplo de lo que estamos hablando. Desde los tiempos de Julio Anguita, con una clara posición respecto al nacionalismo y con una propuesta federal de organización del Estado ha llovido mucho y los ataques que en su momento recibió (la pinza y todas esas memeces) han traido estos lodos. Pero la deriva de IU hacia la sinrazón es un síntoma de esa caída del muro y ejemplo de la huída de muchos militantes hacia otras derivas en toda España y en el resto del mundo. NO es casualidad que el año 1989 sea el año de la explosión de los nacionalismos periféricos de izquierdas (en Aragón la CHA) o incluso virajes hacia otros límites fronterizos igual de absurdos (nacionalismo español) o pérdida de los valores eternos de la revolución francesa y pase con alfombra roja a la Casa Común. Cierto que es preocupante el silencio de Llamazares (ese enano con ínfulas de gigante, en sentido político, claro) pero más triste es ver como el debate nacionalista sigue centrando buena parte del mediocre discurso nacional, obviando otras realidades más peliagudas como la pobreza, la miseria, la explotación que son causa de la migración masiva de millones de personas, por no hablar del cambio climático producto de la modernidad. Es indudable que a IU le hace falta un cambio profundo, no de valores (si es que aún los tiene) sino de rumbo. Y es que las víctimas del terrorismo son muchas, si por terrorismo entedemos por ejemplo Darfur, el papel que nosotros jugamos en todo eso y los muertos que allí provocamos, incluidos los del estrecho. Pero sobre esas víctimas todavía hay más silencio que sobre las de ETA.

Fernando

dAv!d dijo...

Pues a mí, simplemente, defender fronteras me parece una soberana estupidez. A mí no me preguntaron dónde quería nacer. Nací (con mayor o peor suerte aquí) y punto. ¿Por eso voy a reclamar el territorio para alguien? La tierra debería ser de todos y me parece una vergüenza que se le impida a los seres humanos entrar en unos territorios u otros por no haber nacido en ellos. Llevamos siglos y siglos perdiendo el tiempo (y causando guerras) con nacionalismos y estupideces. Claro que si pensamos que somos españoles, pues la vida no nos trata tan mal, puesto que pertenecemos a una sociedad próspera, y eso mola. Si tuviéramos que sentirnos vecinos o compatriotas con la gente de Mauritania, por ejemplo, pues quizá nos sentiríamos peor ya que la conciencia no perdona. Pero no, somos españoles así que nos va bien, y los demás, allá se coman sus guisos (los compartiremos sólo cuando nos interese).
Las fronteras nos pierden, nos dividen y nos enfrentan.