miércoles, 11 de abril de 2012

PUERTO DESOLACIÓN

Leía hace pocos días un libro sobre el progresivo y durísimo descubrimiento de la Antártida. La mayor parte de los que se batieron en cobre en aquellas aguas y hielos, pusieron nombres adecuados a los lugares que iban descubriendo y donde el sentimiento podía más que la descripción: soledad, helado, desesperación, desolación...son nombres que se repiten, expresión de la dureza de un clima y de unas tierras que solo invitaban a la vuelta a atrás o al masoquismo descubridor. Mas tarde, cuando aquellos hombres llegaban con su bagaje de heroísmo y de miseria, las sociedades geográficas se encargaban de rebautizar adecuadamente aquellas islas y tierras con nombres de soberanos y presidentes que recibían un homenaje muy poco trabajado.
Islote Desolación, la última tierra firme de Chile en el Estrecho de Magallanes antes de abandonarse el mar en la banquisa antártica. Un nombre rotundo, capaz de transmitir el infierno sin tener que llegar a él. En ello pensaba ayer, a última hora de la noche, Rajoy saliendo por el garaje ( ¿recuerdan a Urdagarín corriendo como alma que leva el diablo?), la buitrera nacionalista frotándose las manos con el cuanto peor, mejor, con el Sr. Ercoreca haciendo gracietas en el facilón papel de Fernando VII ante la mesa de billar. Uno es ya mayorcito para esperar mucho de los políticos, pero al menos el mínimo de dignidad para enfrentarse a un coro de becarios. Mi nao tocó Puerto Desolación y solo vi abismos y guano de gaviota.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola mundo