miércoles, 30 de noviembre de 2011

"QUÈ LA CRISIS LA PAGUEN LOS QUE LA HAN PROVOCADO!

Es un mantra que escucho en muchas bocas: sindicalistas, indignados, políticos de esa presunta izquierda que lo mismo hace un guiño al 15M que indulta a un banquero felón.Voy a ser políticamente muy incorrecto, pero me cansa la unanimidad proyectiva. Ya hablé en su momento de la responsabilidad social del pueblo argentino en la gestación del "corralito". Es el momento de hablar de nuestra, la colectiva, responsabilidad de la gestación de la burbuja inmobiliaria que ha sido la madre de nuestras particulares desdichas.
Comencé a trabajar en Zaragoza en 2002, con ánimo de comprar un piso, no muy grande que me permitiera quedarme unos cuantos días al mes. Comencé a buscar por la zona de Actur Sur, dado que mi trabajo se encontraba en esa zona. Relativamente cerca esta Gran Casa, en aquellos momentos la Expo generaba unas expectativas claramente desmesuradas para cualquiera,viendo el final de proyectos previos como la Expo de Sevilla o el Forum barcelonés. Ví varios pisos de precios claramente disparatados. Una conocida me urgió ir a ver un piso de un pariente suyo, que tenía una cierta prisa en vender su casa,porque qeuría irse a vivir al pueblo, lo cual le obligaba a dar un "buen precio". Unos 75 metros cuadrados, bien acondicionados, sin necesidad de hacer reformas. Dos precios, con muebles o sin ellos. Una cantidad, estoy hablando de 2002, superior a los 300.000 € que acabábamos de estrenar y a mas de 500 metros de Gran Casa ( una cantidad casi 6 veces superior al costo que él tuvo que hacer cuando compró el piso). Era "barato" en relación a otros que había visto en la zona. Pero dije ¡NO!, porque mas que caro me parecía un engaño. Podía haber optado al piso, no había entonces problemas crediticios, al contrario, tengo un buen sueldo como funcionario y un patrimonio que respaldaba la inversión. Pero dije ¡NO!porque consideraba que aquel bien no podía valer lo que pedían. Era 2002, y dije no las suficientes veces, como para convencerme de que no merecía seguir mirando, porque los pisos seguían en su espiral al menos hasta 2007, entendiendo ya la subida de su precio por mero afán especulativo.
Aquel hombre que me quería vender el piso, "barato, barato.." no era un especulador. Lejano al estereotipo forgiano gordo y fumador de puro ( los ricos son delgados y se cuidan), era un extrabajador de la Balay, convencido de que su piso valía mas de 300.000 € y que me hacía un favor por dejarlo 20.000 € por debajo de lo que había tasado la inmobiliaria.
¿Cuantos dijimos que no ante lo que era claramente una estafa, un señuelo?. Demasiados pocos como para detener la burbuja, para poner un mínimo de racionalidad, para no dejarnos llevar por la llamada a la avaricia de unos y al sinsentido de otros. Muchos ¡NO! en 2002, hubiera significado el final de la incipiente burbuja, de la desaforada inmigración,del endeudamiento sin criterio. Creo que esa es la responsabilidad social, comunitaria de la crisis. La de un extrabajador de Balay que pedía la luna, y la del "destalentado" que la compró, y que ahora, si Dios no lo remedia, estará ahogado por una hipoteca imposible.
Mis parcos conocimientos de economía me dicen que hay unos mas culpables que otros, pero eso no exime a los menos culpables. Unos dispararon y otros hicieron como si no se enteraran, mientras creían rebañar la migajas del plato. El viejo, eterno vicio humano de la acumulación, lo cual me lleva a pensar en mi responsabilidad en la crisis, no proyectando obligadamente en otros la resolución de la misma y la asunción de las culpas.
Leo que el año 2012 será el definitivo para nuestra economía. Hay que devolver mas de 430.000 millones de € en deuda pública y privada - la parte mas sustancial - , mas del 40% del PIB. Será el año de la tormenta perfecta.Y oiremos muchas veces, como un mantra:"quien nos ha metido en esta crisis, que la pague". No dejaré de acordarme de aquel extrabajador de Balay y, del seguro que lo tuvo, comprador que pensó, como yo, que era una estafa, "pero revalorizándose al 15% anual....". Po rcierto el comprador no era tampoco un bucanero de Wall Street, seguro.

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