martes, 21 de octubre de 2008

NO ES LA LENGUA ( SOLO ), ES L A LIBERTAD

NO ES LA LENGUA ( SÓLO ), ES LA LIBERTAD

D. JOSÉ LUIS GÓMEZ afirma en su columna del pasado día 19 de Octubre, que "Rosa Díez se pasa" en su defensa de la lengua de la española y sin hablar de ellas, ridiculiza las aseveraciones de la diputada sobre el "riesgo del español en Galicia". No se trata en esta respuesta de hacer un repaso de los múltiples atropellos que sufre el español por parte de la mayor de casi todos los nacionalistas que inundan nuestra desgraciada realidad política y cultural. Las hemerotecas están abiertas un día sí y otro también, para recoger el acoso al español como parte de las tareas cotidianas del discurso de una parte significativa de los partidos naciolistas, algunos de ellos compartiendo cómodamente poder con el Partido Socialista. Lanzo una pregunta a D. José Luis Gómez: ¿ hace veinticinco años quién hubiera podido asegurar que en un tercio del país no se podría estudiar en castellano?. A quien lo hizo, se le llamó demagogo y catastrofista. Hoy la realidad es esa. ¿Quién hace sólo cinco años hubiera creído que en el País Vasco, con menos del 20% de sus habitantes competentes en euskera, se impusiera como único modelo educativo la inmersión forzada en lengua vasca?. Se le hubiera tachado de iluminado, de lunático. Hoy es una realidad, no por legal, menos disparatada por utilizar un calificativo dulce. Por mor de defender la lengua vernácula, se laminan los derechos de quienes tienen al castellano como su lengua, la que la Constitución afirma es común a todos y oficial en el conjunto de España. Recojo literalmente un párrafo del "Manifiesto por la lengua común": "son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios, ni las lenguas mismas. O sea: los ciudadanos que hablan cualquiera de las lenguas co-oficiales tienen derecho a recibir educación y ser atendidos por la administración en ella, pero las lenguas no tienen el derecho de conseguir coactivamente hablantes ni imponerse como prioritarias en educación, información, rotulación, instituciones etc, en detrimento del castellano ( y mucho menos puede llamarse a semejante atropello "normalización lingüística") – el subrayado es mío-.

Estas son las verdades del barquero que denuncia ROSA DÍEZ, por coherencia, no por abrirse un hueco, en el juego de intenciones peyorativas que hace D. JOSÉ LUIS GÓMEZ. Porque cada son más los que comienzan a sufrir el afán antidemocrático, coercitivo, de los nacionalismos qué, a estas alturas no podemos engañarnos, utilizan su lengua como punta de lanza contra la España constitucional. La política lingüística de Galicia, del País Vasco, de Cataluña, también de Valencia y de las Baleares, es un drama para centenares de miles de niños, de padres, que advierten las dificultades crecientes de sus hijos en el proceso educativo. Es una barrera para la movilidad de funcionarios y trabajadores, y se comienza a constituir en un costo económico que cada día denuncian más empresas y organizaciones empresariales. Cuando los dos grandes partidos están olvidando la defensa de un proyecto común para todos los ciudadanos de este país, bien está que se oiga una voz que comience a ser la de todos aquellos que vemos que tras la encomiable defensa de la lengua, se oculta el afán de diferenciar, excluir, imponer un conjunto de objetivos que nada tienen que ver con la ampliación de derechos, consiguiendo por el contrario la pérdida de libertad para muchos ciudadanos.

En Aragón comenzaremos dentro de poco tiempo a discutir una Ley de Lenguas. Es de esperar que sí la casta política es incapaz de ligarse a los intereses ciudadanos, tan ajenos a la conformación de taifas lingüísticas, seamos los ciudadanos los que sepamos dar respuesta democrática, participativa, a una política de lenguas que ya vemos en territorios cercanos para qué sirve. La lengua solo se puede defender a través de salvaguardar la libertad, no de anularla.

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