miércoles, 13 de agosto de 2008

KOSOVO YA TIENE CLONES

Asistimos impávidos al espectáculo de la muerte, de la destrucción. Hemos acabado siendo pasto de telediarios, en los cuales se pasa en décimas de segundo del drama a la carcajada sin pestañear. Los feos edificios de Gori, incendiados, bombardeados...la sangre, las lágrimas de sus habitantes, parece que no fueran con nosotros. La complejidad del tema, la falta de información, las propias dudas de los conocedores de la zona, nos hace querer mirar hacia otro lado, como ya hicimos en su momento con Sarajevo o como estamos haciendo con Kosovo. No hay opinión pública y nuestros políticos, los políticos europeos, renquean entre el estupor y el ventajismo. Nuevamente falla Europa, sin política exterior propia, sin voz común, sin proyecto compartido. Los países del ex - Este, atemorizados ante el renacimiento del imperialimo ruso, hacen de pepito grillo de un resto de Europa que solo piensa en cómo el conflicto repercutirá en el precio del petróleo. Kosovo fue el primer error del avestrucismo de unos políticos europeos que no quieren mirar mas allá de "su" próxima campaña electoral, ante "su" electorado. Kosovo ya tiene dos clones, Abjasia y Osetia del Sur. Son todavía lejanos, son países imposibles, de historia convulsa y gentes con una pátina de civilización todavía demasiado delgada. Pero ya son tres, y son la puerta para la Moldavia "rusa", el resto de jirones caucásicos irresueltos hasta el momento por la debilidad de Rusia. ¿ Y después ?. Qué cada cual saque sus conclusiones para situaciones más próximas.

Sarkozy saca pecho cuando ha sido un convidado sin papel alguno, solo firmante de un ucase sin posible negociación. Saakashvili ha sido un aventurero y merece el duro juicio de su pueblo, que espero tenga una actitud madura cuando pase el primer impacto emocional. Pero los políticos rusos han demostrado con la brutalidad que la Historia les atribuye, que la lección de Kosovo les da pista libre para reorganizar lo que el caprichoso Stalin decidió en alguna noche de vodka y buenos libros.

Pd. No deja de ser curioso que todavía Stalin tenga una estatua en Gori, su ciudad natal. Su maldición ha caído sobre sus paisanos, encantando de encaramar sobre un pedestal al mayor asesino de la Historia de la humanidad.

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