sábado, 18 de febrero de 2012

LA SEGUNDA VIDA DE FRANCISCO FRANCO

Los clásicos carecían de cielo o infierno. Las almas vagaban en el gélido Averno, esperando que la memoria les sacara de su helado vagar. La necesidad de fama, de ser recordado, era perentoria mas allá de la vida terrenal, porque era la única manera de avivar la existencia en el Hades. Por ello las tumbas, los cementerios estaban en los caminos y el ruego al caminante era nombrar al muerto, porque ello suponía un momento de energía, por mínimo que fuese, para el alma suspirosa del recuerdo de los vivos. Llevaba años sin oir hablar tanto de Franco. Hasta el punto se habla de él a todas horas, en todos los medios, pro la memoria histórica, por su tumba en el Valle de los Caídos, por la performance de Arco, que Franco, errático en el frío Averno, debe estar encantado de que tantas voces de sus enemigos de izquierda, se empeñen en mantenerle permanente con vida. Supo librarse de sus enemigos, murió en la cama, y ahora vive una segunda vida gracias a aquellos que no pudimos y no supimos, hacerle la vida de verdad imposible.

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