Si la teoría darwinista es cierta, el varón de la especie humana está condenado a desaparecer. Existiendo suficiente número de espermatozoides en los bancos de semen, como para asegurar el destino de la especie por los siglos de los siglos, y pudiendo hacer de la clonación el modo elegido de reproducción, el hombre ya no es preciso para la continuidad de la especie. Lo cual le hace inútil para la supervivencia y por lo tanto perfectamente prescindible. No hagamos chistes sobre su capacidad para proporcionar placer sexual. Seguramente los dildos tendrán sofisticación suficiente en un plazo muy breve para sustituir a la azarosa capacidad del varón para encontrar el punto G. Ni siquiera su conocida predisposición para la orientación ha logrado que acierte con el dichoso punto, hasta el punto de los científicos machistas han decidido que no existe y que es un imaginario feminista para acentuar la miseria global del macho. Poco a poco la ministra Pajín y sus corifeos-corifeas, van acercándose al ideal darwinista, ley a ley, presunción a presunción, el reino de Pentesilea está en el horizonte. Y con mejor final para la reina de las Amazonas y sus comapeñeras, porque Aquiles ha sido sustituido por el "paz y amor" que se promociona como respuesta a la agresividad del mauritano -para no ser políticamente incorrecto- como el malvado Aquiles que la degüella en la imagen, con la misma saña que pena ). En esta ocasión nuestra Pentesilea-Pajín no tiene que cortarse el pecho, y está del lado de los buenos.
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