jueves, 22 de octubre de 2009

MERECEMOS UN MINISTRO QUE NOS MIENTA

Yo mismo hago con frecuencia en la comparación Rubalcaba/Fouché. Es totalmente falsa, salvo en la delgadez de ambos personajes. Fouché tuvo que fajarse con personajes como Robespierre o Saint Just, y llevarles a la guillotina. Con el mejor Napoleón y se lo acabó llevando a Santa Elena. Compartió espacio y conjuras con Telleyrand, con Metternich. Inclusive fue capaz de trampear algunos años con Luis XVIII, a pesar de haber sido un regicida y morir solo, pero no aherrojado. Rubalcaba exhibe sus malas artes con ZP, Rajoy o Fernández de la Vega. No hay color. No volveré a utilizar la comparación Fouché/Rubalcaba, salvo si algún día hago un tratado sobre la delgadez en la política. Fouché nunca hubiera dicho "no merecemos un gobierno que nos mienta", pero ante un caso como el del Bar Faisán, hubiera mentido con la misma frescura que lo ha hecho su magro colega de Interior ( me da igual que lo haya hecho por acción u omisión ). Pero el olvido, es el sino de este pueblo, capaz de olvidarlo todo, llámese "esta es la legislatura del pleno empleo" o "no tenemos nada que ver con el Sr. Correa". Y Rubalcaba lo sabe. Por eso, merecemos un ministro que nos mienta.

4 comentarios:

Espartaco dijo...

Recomiendo una biografía de Fouché escrita por Stefan Zweig, "Fouché, el genio tenebroso". Es deliciosa.

miguel angel de uña dijo...

Estimado Espartaco:en mi ya lejana infancia, Stefan Zweig con su biografias, Emil Ludwig con su "Napoleón",Merejowsky con su poética biografía del corso, me hicieron napoleónfilo. Me costó leer mucho, para quitarle - y no lo he logrado del todo - el aura al héroe, y convertirle en lo que fue, independientemente de su indiscutible genio para tantas parcelas, desde la guerra hasta el teatro.

Espartaco dijo...

Napoleón fue un mito en vida para muchos franceses y desde luego lo fue tras su muerte. Es normal encontrarnos con apologías de su vida y obra. Lo que es necesario es saber leerlas, tanto para disfrutar de su literatura (si es una buena traducción) como para situar al autor en su tiempo y en su pensamiento.

Yo también leí en la adolescencia (es la época de más lecturas, desde luego) y ésta es una de ellas. Otra magnífica biografía de Stefan Zweig es Nietzsche, sobre todo las últimas páginas que culminan en un marcado tono poético.

En definitiva, podemos acercarnos a los personajes a través de la buena literatura pero eso sí, la buena literatura no dice que sus escritores sean buenas personas como para hacerles homenajes.

Anónimo dijo...

Esto de upd parece el círculo de lectores, cualquiero cosa antes que ocuparse de hacer propuestas políticas en vez de criticar a los demás o de ocuparse de la situación de su propio partido. Sr. de Uña, ¿merece upd unos dirigentes que no les mientan? Yo creo que no. Ahí se lo dejo.
"El tocapelotas"