ROMA NO PAGA TRAIDORES

Terminado el trámite del proyecto de financiación autonómica, con la notable aportación de la casta política gubernamenal a la casta política catalana ( que no a los "catalanes", no se engañen éstos ), le ha faltado tiempo a los capitostes de ERC, no sólo para apuntarse el tanto, sino para decir a todo el que le quiera oir, que éste es un nuevo y fundamental hito "hacia la independencia", y que le "han ganado un pulso al Estado". Rodríguez, Salgado y Chaves en sus papeles de Audax, Ditalco y Minuro han entregado la parte del león, creyendo ganar, no sólo tiempo, sino también una cierta lealtad, como lleva haciendo el Estado español desde el primer día que los nacionalistas pusieron el pie en el terreno que les dio la ingénua Transición democrática. Ni veinticuatro horas bastaron para que Puigcercós - Servilio Cepión se riera de lo fácil que es doblar la cerviz del Gobierno, sin dar nada a cambio, ni tiempo, ni lealtad. "Roma no paga traidores" es una buena metáfora en una lid en la que no hay muertos, pero sí una brutal sensación de vergüenza colectiva.