sábado, 30 de octubre de 2010

NO CAMBIÓ DE MUJER, NI DE PISO, NI DE COCHE

Dada la experiencia de la casta política españolacreo qu ees el mejor epitafio que se puede hacer a Marcelino Camacho.

4 comentarios:

churry 3 dijo...

"No cambié de mujer, no cambié de coche, tampoco cambié de piso; tal vez tendría que haber cambiado de ideas". Hubiera sido un epitafio mas completo.

Espartaco dijo...

Por eso mismo, por no cambiar tampoco de principios es por lo que se le hace el reconocimiento que ha tenido, no como otros...

Espartaco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
miguel angel de uña dijo...

Estimados contertulios: el principio básico en la actuación política es la honradez. Dicho ésto se puede ser honrado, tanto con una ideología de derechas como de izquierdas. Tal vez con honradez como norte nos daríamos con un canto en los dientes en este momento, sin que el peso de una pretendida ideología trufara de clientelismo y de caciquismo las actuaciones de nuestra casta poítica. Marcelino Camacho no tuvo nunca poder, en el sentido priamrio del término. Tuvo influencia, pero qu esepamos nunca la utilizo de forma inadecuada, salvo para defender los intereses globales de la "clase obrera". Tal vez eso le permitió seguir siendo honrado, o tal vez lo fuera "genéticamente". Quiero pensar que esta segunda opción fue la suya, y por ello conserva mi admiración a pesar de la discrepancia que en un momento me enfrentó al "carrillismo" que él no fue capaz de denunciar. Esos son, en mi criterio, los principios que tuvo que "traicionar", para ser un personaje intachable, también desde lo ideológico.