La Academia sueca nos dio ayer un buen día cuando eligió a Vargas Llosa como Premio Nóbel de Literatura. No quiero hablar de su vertiente literaria, sino por su apego a la libertad. Por su posición en contra de la dictadura, se ponga el calificativo que se ponga: nada se parece más a un tirano dizque de derechas que un tirano dizque de izquierdas. Estremecedor el parecido entre Stalin y Hitler. Un buen día para la libertad.
Hoy la respectiva Academia noruega en un acto de valentía especialmetne encomiable cuando se trata de denunciar el despotismo de la clase dirigente china, le ha dado el Nóbel de la Paz a un verddero luchador por la libertad, Li Xiabo. Las medrosa reacción de algunos líderes occidentales a los que se llena la boca con la palabra libertad, hace más valioso todavía ese premio a la dignidad humana. Dos buenos días que nos hacen creer que todavía el mundo, este mundo, tiene remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario