La cosecha del 2009 no ha sido precisamente buena, ni en lo político, ni en lo económico, ni en lo social, términos que en cierto sentido son sinónimos o al menos complementarios. No cabe redundar en lo obvio, en el análisis doliente de lo sufrido por este país en este año 2009. Aprecio sin embargo un "brote verde". La última encuesta del CIS oferta como tercera preocupación de la ciudadanía, su inquietud por la clase política que nos malgobierna desde el poder o desde la oposición. Parece que por fin el "son todos iguales" comienza a salir de la tertulia del bar, de la mesa camilla, para tomar corporeidad de desasosiego sociológico. Es improbable que la casta política sea capaz de tomar nota, empeñados en menos de 14 meses en unas decisivas elecciones catalanas, y unas más decisivas elecciones autonómicas y municipales. Seguirán con toda probabilidad en su navajeo cotidiano, agarrados a la poltrona, o deseándola como única meta. ¿Los ciudadanos?. Están poco y sólo se les espera a la hora de depositar el voto, cada vez mas parco numéricamente y mas rácano cualitativamente, salvo para los convencidos, tan cercanos a lo sectario. Esperemos que esa inquietud que detecta el CIS, no termine en la nada de la abstención. Ya vemos, como en el caso del Estatuto de Cataluña, que en vez de hacer reflexionar a la casta, les excita en su camino imparable hacia la demagogia haciendo suyo "el que calla, otorga", y poniéndose la medalla de la democracia, por más pobretona y endeble que ésta sea, como demostró aquel porcentaje de participación por debajo del 50% que entendieron como un espaldarazo incontestable.
Mala añada la de 2009, que no ha mejorado la degradación contínua que venimos observando desde hace años. Quiero creer que 2010 es el del inicio de la rebelión ciudadana, de la exigencia global, compartida de una mejor calidad para nuestra deteriorada realidad democrática. No es pedir mucho al Año Nuevo. Se llama responsabilidad social, participación ciudadana, compromiso con la res publica. Parafraseando a Clemenceau, "la política es algo demasiado importante para dejársela a los políticos".
Una sola concesión a la actualidad. Sí es cierto lo publicado por "El Mundo" hoy sobre el "chivatazo del bar Faisán" - y no he encontrado ningún sicario* de guardia desmintiéndolo -, esta democracia está agonizante, sino hay un ministro que presente la dimisión, y un juez que se marche a dar conferencias a quien quiera oírle.
*Sicario: del "Corominas": asalariado. Ese es el justo significado que quiero darle.
domingo, 27 de diciembre de 2009
jueves, 17 de diciembre de 2009
180.000 FIRMAS, LOS POLÍTICOS CATALANES Y LOS TOROS
180.000 firmas avalan el final de la fiesta taurina en el territorio de Cataluña. No me extrañaría que mañana los políticos catalanes aprueben lo que ha solicitado menos del 5% del total de la población de Cataluña. Vincular la fiesta de los toros con "España", es ignorar la realidad antropológica del Mediterráneo desde Creta hasta nuestros días. Pero ese será el vector a seguir por más de un prócer del Parlamento de Cataluña.
Puede ser que todos los que firmen y voten contra la fiesta de los toros, lo hagan por acabar con la tortura de un animal que no ha pedido terminar sus días en un ruedo. Quiero pensar en que es la ética lo que motiva su decisión. Espero despues de ello que no vuelvan a probar el foie, maravilloso exudado de ocas sobrealimentadas hasta la cirrosis, una tortura que entiendo mayor que la del toro; ni vuelvan a paladear una ostra, que todavía revuelve su gelatinoso cuerpo vivo en la cavidades bucales, hasta que muere aplastada por la gula del comensal; o caracoles, tan catalanes ellos, echados vivos en la olla hirviente, engañados tres veces con la desapareción del hervor, para que no oculten sus fibrosos cuerpos. Podemos seguir con mejillones, langostas y bogavantes, maravillosos erizos y seguramente a los lectores se les ocurren nuevos bichos a los que atormentamos con muertes nada edificantes para conservar todo su sabor, asegurar sus texturas. ¿ 180.000 vegetarianos en Cataluña ?. ¿Parlamentarios catalanes dispuestos a prescindir del foie, de las ostras, de los caracoles..?. La crueldad con los animales no es una cuestión de tamaño. O tal vez sí, siempre y cuando la representación totémica sea el adecuado. Y España y toro es una imagen tan universal que daña al inefable agente creador de la idílica Catalonia tan alejada de la imagen casposa de lo carpetovetónico que todos tenemos una vez pasada la muga por Alfarrás.
Puede ser que todos los que firmen y voten contra la fiesta de los toros, lo hagan por acabar con la tortura de un animal que no ha pedido terminar sus días en un ruedo. Quiero pensar en que es la ética lo que motiva su decisión. Espero despues de ello que no vuelvan a probar el foie, maravilloso exudado de ocas sobrealimentadas hasta la cirrosis, una tortura que entiendo mayor que la del toro; ni vuelvan a paladear una ostra, que todavía revuelve su gelatinoso cuerpo vivo en la cavidades bucales, hasta que muere aplastada por la gula del comensal; o caracoles, tan catalanes ellos, echados vivos en la olla hirviente, engañados tres veces con la desapareción del hervor, para que no oculten sus fibrosos cuerpos. Podemos seguir con mejillones, langostas y bogavantes, maravillosos erizos y seguramente a los lectores se les ocurren nuevos bichos a los que atormentamos con muertes nada edificantes para conservar todo su sabor, asegurar sus texturas. ¿ 180.000 vegetarianos en Cataluña ?. ¿Parlamentarios catalanes dispuestos a prescindir del foie, de las ostras, de los caracoles..?. La crueldad con los animales no es una cuestión de tamaño. O tal vez sí, siempre y cuando la representación totémica sea el adecuado. Y España y toro es una imagen tan universal que daña al inefable agente creador de la idílica Catalonia tan alejada de la imagen casposa de lo carpetovetónico que todos tenemos una vez pasada la muga por Alfarrás.
domingo, 13 de diciembre de 2009
13 D versus 6 D
"13 de Diciembre versus 6 de Diciembre"
Para algunos el 13 de Diciembre es el día de la risa, de la charlotada de un catalanismo ávido de protagonismo, encabezado por sujetos como LAPORTA o SALA i MARTÍ, que pueden ser muy listos en lo suyo, pero no por ello dejan de ser mentecatos en otras áreas, enfermos de un narcisismo digno de un psicoanálisis interminable. Docenas de ayuntamientos catalanes y entre ellos, Gerona, lanzan el órdago del “pleibiscito” soberanista, con la bendición de ERC y de una CIU cada vez más carente de seny, y con la cada vez más frecuente ( no se nos olvide), tolerancia del PSC y por extensión del PSOE.
Para sus promotores, será el segundo jalón tras Arenys de Munt, que lleve a ese pleibiscito “quebecois” de 2014 para desgajar Cataluña de una España, llena de cazurros que ha dicho el inefable SALA i MARTÍ, tan gran economista como pésimo ciudadano. La boutade de CAROD, comienza a ser asumida por aquellos que la consideraron una tronada más del hijo del guardia civil, pero que se han subido a lomos del burro catalán para que no les llamen antipatriotas.
Creo que es el momento de dejar la risa al lado, y recordar anécdotas históricas como la llegada de la Segunda República tras unas elecciones municipales, perdidas por los republicanos, que supieron aprovechar el desarme ideológico de un régimen que se había ahorcado a sí mismo conculcando la legalidad. Algo muy similar a lo que está ocurriendo de forma paulatina en este país, donde la Constitución de 1978 comienza a ser desmantelada por el propio poder que dice defenderla, y cuya autoridad dimana del mandato constitucional. Desde los símbolos, importantes justamente por serlos, hasta el fondo, roto en el doble poder que se ha instaurado gracias a un sistema autonómico que nos hace temer el naufragio como Estado viable. La actual situación de “rebeldía” de algunas Comunidades Autónomas ante sentencias de los tribunales, por altos que éstos sean, nos lleva a recordar aquella respuesta tan hispana de los tiempos del débil Estado tardomedieval: “la orden del rey se acata, pero no se cumple”. En esa deriva estamos, y no parece que el autonominado capitán del barco, se percate de su gravedad, tal vez porque la encuentra lógica a sus propios criterios ideológicos, basados en el pensamiento “débil”, que a veces parece inane. Se defiende un Estado lábil, delicuescente, siempre y cuando sea el español y no los remedos soberanistas que se perfilan en las autonomías, ante las que se muestra la máxima tolerancia, aún cuando en ocasiones tienen comportamientos cercanos al totalitarismo con aquellos que se les oponen.
El “pleibiscito” del día 13 de Diciembre, con todo lo que tiene de feria, no puede dejar de ser un toque de atención para todos aquellos que defendemos la Constitución de 1978 como un marco regulador válido para la convivencia y los deseos de autogobierno. Mientras el pleibicisto del día 13 divide, enfrenta, la Constitución une y suma, siempre y cuando se sea leal a su espíritu. Existe desde mi punto de vista una necesidad de reforma de aquellos aspectos que han mostrado su disfuncionalidad en estos años de andadura. Desde una Ley Electoral hecha a la medida de quienes no son leales a la Constitución, y que de paso ha propiciado la creación de una casta política en cuya dinámica se incardina con facilidad la corrupción, hasta una organización autonómica que se ha convertido por arte de la debilidad de la aritmética parlamentaria en el patio de monipodio, aunque se intente dignificar el calificativo con el de “geometría variable”, vestidura apenas presentable para tapar las vergüenzas de un compadreo antidemocrático cada vez mas desmotivador para el ciudadano. Sin olvidar la Justicia, tan manoseada por unos partidos políticos que no dejan de mediatizarla, como vemos con el escandaloso retraso de Tribunal Constitucional en elaborar una sentencia creíble sobre el Estatuto de Cataluña.
España, como Estado, no es un dogma, ni un yugo al que necesariamente tengan que uncirse sus ciudadanos. Pero con todas sus insuficiencias, se ha demostrado en estos últimos treinta años, un marco de libertad, de democracia, de crecimiento económico, de oportunidades, suficiente para que nadie se sienta ajeno al proyecto común de un país, que sin triunfalismos y sobre todo sin mentiras históricas es uno de los más viejos del mundo. En este momento por encima de las gestas pasadas, si es que lo fueron, nos une un idioma común, una mezcla de sangre de siglos, y no hace demasiado tiempo el deseo de ser libres sin más limitación que la que marca la ley de la que es garante la Constitución de 1978. Ese entramado comienza a derruirse con el afianzamiento de los particularismos, que en algunos casos llegan hasta la obsesión identitaria, sin importarles la lesión a la libertad de otros ciudadanos. En este momento, esa es la elección que se nos plantea: plebiscitos para separar y de paso para laminar libertades, o Constitución de 1978 reformada en aquellos aspectos que le han dado un aspecto envejecido en solo treinta años de vida. Creo llegado el momento de apostar decididamente por la segunda de las elecciones, garantía de libertad para todos los ciudadanos de esta vieja piel de toro, que no quieren verse sometidos cada generación a la convulsión y al desgarro, por muy pacífico y antiviolento que se nos oferte.
Para algunos el 13 de Diciembre es el día de la risa, de la charlotada de un catalanismo ávido de protagonismo, encabezado por sujetos como LAPORTA o SALA i MARTÍ, que pueden ser muy listos en lo suyo, pero no por ello dejan de ser mentecatos en otras áreas, enfermos de un narcisismo digno de un psicoanálisis interminable. Docenas de ayuntamientos catalanes y entre ellos, Gerona, lanzan el órdago del “pleibiscito” soberanista, con la bendición de ERC y de una CIU cada vez más carente de seny, y con la cada vez más frecuente ( no se nos olvide), tolerancia del PSC y por extensión del PSOE.
Para sus promotores, será el segundo jalón tras Arenys de Munt, que lleve a ese pleibiscito “quebecois” de 2014 para desgajar Cataluña de una España, llena de cazurros que ha dicho el inefable SALA i MARTÍ, tan gran economista como pésimo ciudadano. La boutade de CAROD, comienza a ser asumida por aquellos que la consideraron una tronada más del hijo del guardia civil, pero que se han subido a lomos del burro catalán para que no les llamen antipatriotas.
Creo que es el momento de dejar la risa al lado, y recordar anécdotas históricas como la llegada de la Segunda República tras unas elecciones municipales, perdidas por los republicanos, que supieron aprovechar el desarme ideológico de un régimen que se había ahorcado a sí mismo conculcando la legalidad. Algo muy similar a lo que está ocurriendo de forma paulatina en este país, donde la Constitución de 1978 comienza a ser desmantelada por el propio poder que dice defenderla, y cuya autoridad dimana del mandato constitucional. Desde los símbolos, importantes justamente por serlos, hasta el fondo, roto en el doble poder que se ha instaurado gracias a un sistema autonómico que nos hace temer el naufragio como Estado viable. La actual situación de “rebeldía” de algunas Comunidades Autónomas ante sentencias de los tribunales, por altos que éstos sean, nos lleva a recordar aquella respuesta tan hispana de los tiempos del débil Estado tardomedieval: “la orden del rey se acata, pero no se cumple”. En esa deriva estamos, y no parece que el autonominado capitán del barco, se percate de su gravedad, tal vez porque la encuentra lógica a sus propios criterios ideológicos, basados en el pensamiento “débil”, que a veces parece inane. Se defiende un Estado lábil, delicuescente, siempre y cuando sea el español y no los remedos soberanistas que se perfilan en las autonomías, ante las que se muestra la máxima tolerancia, aún cuando en ocasiones tienen comportamientos cercanos al totalitarismo con aquellos que se les oponen.
El “pleibiscito” del día 13 de Diciembre, con todo lo que tiene de feria, no puede dejar de ser un toque de atención para todos aquellos que defendemos la Constitución de 1978 como un marco regulador válido para la convivencia y los deseos de autogobierno. Mientras el pleibicisto del día 13 divide, enfrenta, la Constitución une y suma, siempre y cuando se sea leal a su espíritu. Existe desde mi punto de vista una necesidad de reforma de aquellos aspectos que han mostrado su disfuncionalidad en estos años de andadura. Desde una Ley Electoral hecha a la medida de quienes no son leales a la Constitución, y que de paso ha propiciado la creación de una casta política en cuya dinámica se incardina con facilidad la corrupción, hasta una organización autonómica que se ha convertido por arte de la debilidad de la aritmética parlamentaria en el patio de monipodio, aunque se intente dignificar el calificativo con el de “geometría variable”, vestidura apenas presentable para tapar las vergüenzas de un compadreo antidemocrático cada vez mas desmotivador para el ciudadano. Sin olvidar la Justicia, tan manoseada por unos partidos políticos que no dejan de mediatizarla, como vemos con el escandaloso retraso de Tribunal Constitucional en elaborar una sentencia creíble sobre el Estatuto de Cataluña.
España, como Estado, no es un dogma, ni un yugo al que necesariamente tengan que uncirse sus ciudadanos. Pero con todas sus insuficiencias, se ha demostrado en estos últimos treinta años, un marco de libertad, de democracia, de crecimiento económico, de oportunidades, suficiente para que nadie se sienta ajeno al proyecto común de un país, que sin triunfalismos y sobre todo sin mentiras históricas es uno de los más viejos del mundo. En este momento por encima de las gestas pasadas, si es que lo fueron, nos une un idioma común, una mezcla de sangre de siglos, y no hace demasiado tiempo el deseo de ser libres sin más limitación que la que marca la ley de la que es garante la Constitución de 1978. Ese entramado comienza a derruirse con el afianzamiento de los particularismos, que en algunos casos llegan hasta la obsesión identitaria, sin importarles la lesión a la libertad de otros ciudadanos. En este momento, esa es la elección que se nos plantea: plebiscitos para separar y de paso para laminar libertades, o Constitución de 1978 reformada en aquellos aspectos que le han dado un aspecto envejecido en solo treinta años de vida. Creo llegado el momento de apostar decididamente por la segunda de las elecciones, garantía de libertad para todos los ciudadanos de esta vieja piel de toro, que no quieren verse sometidos cada generación a la convulsión y al desgarro, por muy pacífico y antiviolento que se nos oferte.
viernes, 11 de diciembre de 2009
¡¡¡¡ PATATA !!!!!
Foto de portada de "El Mundo" de hoy, 11 de Diciembre. Un grupo de autodenominados "intelectuales" con el añadido sindical de turno, ríe ante la cámara en foto de grupo, antes de ponerse serios vindicando al Rey "que haga algo". La risa de todos ellos, con el cuerpo de Haidar en trance de cuerpo presente, me recuerda esos corrillos que se forman fuera de la iglesia o del tanatorio, en los funerales, donde el respeto por el muerto brilla por su ausencia, y donde es el reclamo de la relación social lo que lleva a los contertulios al acto. Intelectuales que no necesitan decir patata para asomar una sonrisa, automatismo ante los flashes. "¿ Qué nos trae hoy hasta aquí ?. ¿ A sí, a ver si le metemos un meneo al Rey, no ?". Hablar sobre los verdaderos responsables, sería estropearles la sonrisa, y a hasta ahí podíamos haber llegado.
martes, 8 de diciembre de 2009
MIRANDO A GRECIA ( CON PAVOR )
Y no precisamente sus hermosos mármoles, sus dramáticas calas, o los atardeceres inolvidables desde sus infinitas islas. Mirando la economía griega con pavor, porque es el sosias al que cada día se parece más la economía española. Su Ministro de Finanzas, ha calificado de "dramática" la situación, y desde Eurípides, acumulan mucho conocimiento sobre el término. El fasto de la Olimpiada de 2004, tiene el regusto amargo de una duradera resaca, mantenida por una casta política que ha hecho de la corrupción un credo, y de un pueblo que se ha dado en rebozarse en el autoengaño . De los Papandreu a los Karamanlis, hay tanta distancia como la que separa a dos siameses. Se nos califica por la prensa anglosajona como el "enfermo económico de Europa", por nuestro peso económico y demográfico en la Comunidad de los 27, y lo que se haga desde el BCE con Grecia, servirá mas pronto que tarde con la economía española, lastrada por un defícit que comienza a ser imposible, y sin recursos para cambiar el paso a pesar de las claras advertencias de Trichet, mientras el zapaterismo siga capeando el temporal a la espera de que la recuperación francoalemana, en quien cifra todas sus esperanzas para llegar al 2012 con el suficiente resuello como para engatusar de nuevo al votante. Dada nuestra competitividad, el peso de la tecnología en nuestra capacidad exportadora, el futuro como camareros y pinchadiscos lo tenemos asegurado.
Mirando a Grecia con pavor, como antes no supimos mirar a Islandia, que de estupidez pecan los pueblos tanto entre la brumas nibelungas, como entre los soles homéricos. Lleva tres días Atenas, de "revuelta social". De momento son unos pocos miles de anarcoides y antisistema sin pasta para montarla en Copenhague, o con miedo al frío. Pero tal vez sea también un síntoma de la descomposición social que antecede a los verdaderos dramas históricos y que suelen comenzar por la economía. Tal vez la Revolución Francesa hubiera sido otra sin la mala cosecha de 1788/89. Estoy seguro que el Papandreu/Karamanlis de turno se dirá por lo bajo aquello que no dijo María Antonieta, "sino tienen pan que coman bollos", pero no hay que olvidar que Grecia inventó la democracia, pero también la demagogia. Y que al pueblo griego, no muy diferente en ello al español, le encantan los embaucadores con estilo, no en vano Ulises es su héroe. Nosotros hemos dejado a D. Quijote, incluso a Sancho, de lado hace ya mucho tiempo.
Mirando a Grecia con pavor, como antes no supimos mirar a Islandia, que de estupidez pecan los pueblos tanto entre la brumas nibelungas, como entre los soles homéricos. Lleva tres días Atenas, de "revuelta social". De momento son unos pocos miles de anarcoides y antisistema sin pasta para montarla en Copenhague, o con miedo al frío. Pero tal vez sea también un síntoma de la descomposición social que antecede a los verdaderos dramas históricos y que suelen comenzar por la economía. Tal vez la Revolución Francesa hubiera sido otra sin la mala cosecha de 1788/89. Estoy seguro que el Papandreu/Karamanlis de turno se dirá por lo bajo aquello que no dijo María Antonieta, "sino tienen pan que coman bollos", pero no hay que olvidar que Grecia inventó la democracia, pero también la demagogia. Y que al pueblo griego, no muy diferente en ello al español, le encantan los embaucadores con estilo, no en vano Ulises es su héroe. Nosotros hemos dejado a D. Quijote, incluso a Sancho, de lado hace ya mucho tiempo.
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